Hay que sacarles la llave del auto a todos los Hermosilla Soto
Once amigos acompañaban a Juan Eduardo Hermosilla Soto en el boliche. Lo vieron beber Fernet con Coca. Sabían que en su camioneta llevaba una heladera portátil con ron, cerveza, más Fernet.
¿Ninguno de los once amigos fue capaz de decirle que no estaba en condiciones de manejar?
No sé si Hermosilla irá preso por haber atropellado y matado a Belén y Franco.
No sé si sirve que alguien vaya preso, un remedio que parte de la humanidad viene aplicando a otra parte (casi siempre son los mismos, de un lado y del otro) sin resultados a la vista.
Lo que sé es que hay muchísimos Hermosilla Soto que todos los días salen borrachos a manejar (por lo menos el diez por ciento de los que conducen, según lo que los tibios controles municipales lograron verificar). Y eso no ha cambiado después de la muerte de Belén y Franco.
El tema es vasto y complejo. Se mezclan los factores culturales con los comerciales. Pero en algún momento hay que empezar. Algún punto de partida hay que tomar.
(Y no creo que el punto de partida sea la sentencia que el viernes 12 de marzo se va a dictar en esta causa. Supongo que habrá muchos que están esperando un fallo “ejemplificador”. Yo deseo un fallo justo).
El alcoholismo, las picadas, son temas demasiado serios para dejarlos en manos de la justicia penal que llega, lo sabemos, cuando ya sucedió lo irreparable.
Hay que hacer algo antes de que los Hermosilla Soto que andan por ahí pongan en marcha sus camionetas, borrachos y despreocupados porque total, no pasa nada.
Aquí está la serie de notas con la cobertura del juicio que escribí para el diario Río Negro.
Empieza el juicio por la muerte de Belén y Franco
Hermosilla: “Soy responsable de esas muertes”
Hay indicios de que Hermosilla corría una picada
Más testigos comprometieron a Hermosilla Soto
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A mí lo que más me moviliza la reflexión, igual que en otros casos, es que no se discute el fondo de la cuestión, que ni siquiera es manejar borracho. El fondo de la cuestión es el cómo vive la mayoría de la gente, creyendo que vivir es salir a emborracharse los fines de semana, andar al límite en todo sin profundizar en nada, la frivolidad como cultura se instalo en los noventa y acá estamos. El reírse del otro, el tinellismo (perdón por el invento de la palabra), el boludeo permanente, el no me importa, el anteponer la guita ante que las personas, el consumismo feroz, el uso del otro, el otro no como otro sino como objeto a ser consumido…..todo esto y mucho mas no se discute, pero todo esto racionalmente explotado por las empresas de la diversión, las empresas de bebidas alcohólicas, los medios de comunicación que refuerzan el discurso, hace que haya miles de Hermosillas soto, que salen creyendo que la vida es solo de él y la tienen comprada.
Y cuando sucede lo irreparable, que hasta suena hueca la palabra ante el dolor de los padres, recién ahí el responsable se da cuenta que nada de lo que creía era cierto. Pero ya es tarde.
Lo ideal sería que todos nos cuestionáramos estas cosas. Que apagáramos un rato la tele y pensáramos que está pasando, que prioridades tenemos, donde ponemos el valor………..
Si ya sé es una utopía, y por eso….acudimos a los controles del Estado…………sino discutimos alguna vez el fondo, no hay controles del Estado que sirvan para nada.
Gracias por el espacio para el debate