«Que la sentencia sea un aviso para los machos golpeadores» (caso Micaela Recchini, fallo completo)

 

Porque las pruebas eran categóricas. Porque la sociedad ya no es indiferente con la violencia hacia la mujer, y algunos jueces parecen haber tomado nota de ello. Porque el modo de cometer el hecho fue atroz. Porque el daño que causó es imposible de mensurar. Porque el autor no mostró el menor arrepentimiento y, por el contrario, trató de manipular los sentimientos de los familiares de la víctima de manera repudiable.

Estas fueron a mi entender algunas de las razones por las que se impuso la pena de 23 años de prisión a Héctor Cortez, quien asesinó a golpes a Micaela Recchini, su compañera de vida durante 9 años, con la que tuvo dos hijos.

Quizá los jueces sobreactuaron un poco. Pocas veces había leído una sentencia con tantos adjetivos (pueden descargarla al final, completa, en formato word). Uno dijo que el crimen fue cometido en forma “despiadada”. Otro calificó al autor de “cínico” y “canalla”. Cuando lo escuché, durante la lectura, mi primera impresión fue que el único “adjetivo” que deberían poner los jueces es el monto de la pena a cumplir. El resto de los calificativos son innecesarios y se puede caer en el derecho penal de autor. Pero enseguida recordé otros fallos secos y austeros en su redacción que terminan justificando al imputado forzando la interpretación de los hechos para concluir que hubo circunstancias extraordinarias de atenuación, o introduciendo teorías en extremo discutibles sobre cómo ocurrieron los hechos. Así que, concluí, es preferible que digan lo que piensan de una vez y con claridad.

De todos modos, los 23 años de prisión para Cortez no le devolverán la vida a Micaela. Una vez más fallaron los mecanismos de prevención: el imputado ya la había golpeado antes, y ella no lo denunció. Dicen que por temor, y es probable, pero habría que preguntarse: si el Estado tuviera un lugar de respuestas rápidas y eficaces al cual ir a pedir refugio en situaciones como esta, ¿no habría vencido ese temor?

Sandra Ferreyra, la mamá de Micaela, hizo un dramático llamado a las mujeres para que denuncien. Y se mostró esperanzada en que sentencias como ésta les lleguen como aviso “a los machos golpeadores de Rincón de los Sauces”, una ciudad donde la violencia de género es moneda corriente.

En la vereda de la Cámara Criminal donde se leyó la sentencia, grupos que defienden los derechos de la mujer concurrieron en apoyo a la familia y reclamaron por la introducción en el Código Penal de la figura de femicidio. En mi opinión, mejor sería concentrar esfuerzos para lograr que el homicidio entre concubinos se equipare al homicidio entre casados legalmente. Cortez no fue condenado a perpetua porque no había un papel de matrimonio de por medio.

Una última cuestión: le pregunté a Sandra cómo habían vivido los hijos de Micaela (una nena de 8 años, un varón de 4) el desarrollo del juicio. Dijo que estaban enterados, porque el caso se hizo tan público que era imposible mantenerlos al margen. Espero que los medios no les hayamos agregado más dolor.

A riesgo de que este post sea larguísimo, copio y pego a continuación las notas que escribí para el diario. Las fotos son de Leo Petricio, el video de Fede Aríngoli.

“Que se abstengan los machos golpeadores de Rincón de los Sauces, ya no van a quedar impunes”, exclamó Sandra Ferreyra. De fondo aún resonaban los aplausos con los que fue recibido el fallo que condenó a 23 años de prisión a Héctor Cortez, quien asesinó a golpes a Micaela Recchini, la hija de Sandra, en la localidad petrolera. Cortez y Micaela fueron pareja durante 9 años y tuvieron dos hijos.

Los tres jueces que dictaron la sentencia estuvieron de acuerdo en la atrocidad del crimen (uno de ellos calificó al autor de “canalla”) pero discreparon en cuanto a la calificación legal: Andrés Repetto y Luis Fernández lo encuadraron como “homicidio simple”, que tiene una pena de 8 a 25 años de cárcel, y Mario Rodríguez Gómez como “homicidio con alevosía”, que se reprime con prisión perpetua. Volvieron a ponerse de acuerdo en el monto a aplicar: 23 años.

El querellante Marcelo Hertzriken Velasco dijo que estaba conforme, pero de todos modos apelará ante el Tribunal Superior de Justicia para insistir en que la condena sea a prisión perpetua. También apelará el defensor de Cortez, César Pérez, quien retiró que el acusado es inocente. “Si hubo tanta crueldad como dicen tendría que haber quedado manchado con sangre y no le encontraron ni una gota”, dijo el ex ministro de Seguridad de Jorge Sapag.

La lectura de las 31 carillas del fallo, este martes 25 de octubre, fue seguida por familiares y amigos de Micaela de pie, con las manos entrelazadas y llorando. Sandra Ferreyra y el papá de la víctima, Ricardo Recchini, estaban sentados junto a su abogado y al fiscal Pablo Vignaroli. Cortez prefirió faltar a la cita.

Micaela tenía 25 años cuando fue asesinada el 14 de marzo del año pasado a las 6 de la mañana en la calle Mitre casi Corrientes, barrio El Alto de Rincón. Cortez, del cual se estaba separando tras 9 años de convivencia y que ya la había golpeado con anterioridad, la llevó hasta ese lugar apartado en su auto, la bajó y la golpeó hasta hacerla caer.

Luego se subió sobre ella y le pegó en la cabeza con un elemento contundente, provocándole una fractura de cráneo que le causó la muerte.

Una vecina presenció la escena y describió el ruido de los golpes como “una botella de cerveza que cae al piso y revienta”. Le gritó “pará flaco, no le pegues más, ya la mataste”.

Entonces Cortez se puso de pie, pateó a la víctima y le arrojó un último insulto: “más vale que no me denuncies, hija de puta”.

La vecina nunca vio la cara del victimario, pero jamás olvidó su voz. Y días después, con Cortez detenido, lo reconoció al escucharlo hablar.

Para el juez Rodríguez Gómez, el asesinato fue cometido con alevosía: “Cortez preparó el desenlace, eligió el arma, simuló tranquilidad al menos cuando la fue a buscar, se aprovechó del temor, resignación y dominio que ejercía”.

Pero Repetto, con la adhesión de Fernández, fundamentó por qué no estaba probada la alevosía y advirtió: “el juez no puede condenar a un acusado por un delito distinto y más grave al que cometió, aún cuando la pena no satisfaga completamente las expectativas que legítimamente pudieran tener los deudos. Cortez mató en forma despiadada, pero no oculta”.

Al final de la lectura, cuando se anunció que la condena sería a 23 años de prisión, la sala estalló en aplausos. Hacía mucho que no sucedía en un tribunal neuquino.

“El golpeador hoy te dice te quiero y mañana te pega”

La madre de Micaela Recchini, Sandra Ferreyra, instó a las mujeres que son golpeadas: “tienen que denunciar, no terminen como mi hija”. Añadió que “el golpeador es un enfermo que hoy te dice te quiero, mañana te pega, después te pide perdón, y es una vuelta que siempre termina con más golpes”.

Si bien se declaró conforme con la sentencia, anunció que apelará para pedir prisión perpetua. “Que se pudra en la cárcel ese asesino hijo de puta”, dijo con lágrimas en los ojos luego de escuchar el fallo.

“Que se abstengan los machos golpeadores que hay en Rincón, ya no van a quedar más impunes”, afirmó. Recordó que el sábado hubo otro terrible caso de violencia de género, con una mujer golpeada por su concubino.

Consultada sobre la situación de los hijos de Micaela (una nena de 8 años y un varón de 4), afirmó que “están contenidos por la familia que realmente los quiere, que es la mía. Se trata de mantenerlos al margen, pero esto fue muy público. La mayor está al tanto de todo, ella vio cuando él le pegaba a la madre y la defendió”, en un episodio ocurrido meses antes del crimen.

Sandra, que vive en Rincón, estuvo acompañada por gran cantidad de familiares y allegados. Además en la vereda de Tribunales se manifestaron organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres.

“Una pena exhorbitante”

El abogado defensor César Pérez insistió ayer en que Héctor Cortez es inocente, y anunció que apelará el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia.

“Se violaron garantías constitucionales, hay hipótesis que no se investigaron, y la pena que le impusieron es exorbitante, producto de la presión ejercida en este caso”, dijo Pérez apenas terminada la lectura del fallo.

Añadió que “no sería el primer caso en el cual una persona es condenada y se revoca esa sentencia en instancias superiores”.

A criterio de Pérez, “él no es el autor, dio sobradas muestras de dónde estaba en el lugar del hecho, qué hizo, cómo se movió esa noche. No hay muestras de sangre de la víctima en las manos del imputado. Si hubo tanta crueldad como dicen, tendría que haber quedado algo”.

FALLO COMPLETO