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Duelo

Un policía neuquino muere asesinado desempeñando su función, sin el chaleco antibalas que debió proveerle el estado, y el ministro del área viaja hasta el lugar, hace declaraciones a la prensa, el jefe de policía viaja al lugar, hace declaraciones a la prensa, y el gobierno de Jorge Sapag decreta 3 días de duelo.

En lo que va del año asesinaron en Neuquén a diez personas, cinco de ellos chicos menores de edad.

Salieron en los diarios un día y se consumieron como una estrella fugaz. Ningún pronunciamiento ministerial, ninguna declaración del jefe de Policía.

Para ellos no hubo ni un minuto de silencio.

El ránking de dolor del gobierno neuquino, este año, viene así:

Un gobernador de provincia vecina asesinado por su esposa: 7 días de duelo.

Un chico muerto accidentalmente por una descarga eléctrica: 3 días de duelo.

Un policía asesinado: 3 días de duelo.

51 personas muertas en un accidente de tren en Buenos Aires: 2 días de duelo.

Diez personas asesinadas en la provincia de Neuquén, cinco de ellas menores de edad: 0 días de duelo.

(En base a una reflexión de S.C.)

  1. Federico
    8 marzo 2012 12:05 a las 12:05

    Muy bueno el post. Puede decirse también que existe cierta proporción entre la responsabilidad estatal no cumplida y la cantidad de días de duelo. El policía sin chaleco; el chico que puede llegar a tocar cables de media tensión; y los 10…. ah, no, esos no son responsabildad del Estado….

  2. Jorge
    9 marzo 2012 21:20 a las 21:20

    La verdad Berto, esperaba otro tipo de reflexión. Cuando fallecio el Topito Barrionuevo – un delincuente – usted extensa y poeticamente escribio sobre su muerte, hablo de la responsabilidad de la policia, de las omisiones del estado, dijo «Su vida, de continua transgresión de los límites establecidos, representó un desafío que una vez más no supimos afrontar con las herramientas adecuadas.».
    Acaso un efectivo policial, que cobra dos mangos y todos los días en la calle por su vocación se arriesga por usted, por mi y por la sociedad, no merece un poco mas?

    • 9 marzo 2012 23:27 a las 23:27

      Una vida no vale más que otra. Y por la manera en que usted lo describe, el policía también fue víctima de omisiones del estado.

      • Jorge
        10 marzo 2012 2:35 a las 2:35

        Me da la impresión que usted tiene cierta animosidad con la policía, ya que no es la primera vez que por acción u omisión elige igual camino.
        Claramente, ni para usted ni para mi las dos vidas de las que hablamos valen lo mismo, simplemente valoramos distinto cual vale mas que otra.
        Ya el eje desde el que usted elige «contar» el hecho, y hasta el título y desarrollo de la misma denotan que la intención no es valorarla objetivamente, sino dejar la impresión de un gobierno cruel, ensayando una critica berreta hacia este y desplazando de una forma inusitada el núcleo de la noticia.
        Me parece haber captado su postura, demas esta decir que para usted Policía es igual a lo que expuso en https://guillermoberto.wordpress.com/2011/08/26/sobre-la-eleccion-del-eje-para-contar-una-noticia/
        y cito textual «Acaso es noticia porque los policías ocupan grandes espacios en la prensa cuando disparan contra manifestantes (y los matan, o les hacen perder un ojo); cuando torturan a personas privadas de su libertad, cuando los descubren como partícipes de delitos contra la propiedad, o cuando se revelan como incapaces para esclarecer esos delitos cometidos por otros (y eso por citar sólo casos que conocemos en Neuquén)» . Para usted todo eso es un policía, y es esa postura deleznable lo que no le permite ni ver ni contar la realidad.

        • zapala
          11 marzo 2012 14:16 a las 14:16

          En general, para la gente de la izquierda la Policía es el enemigo. Por qué será? Ya sabemos en este país de qué lado está la izquierda: del que roba, el que mata, el que pinta, el que quema, el que corta rutas, etc.-

      • zapala
        11 marzo 2012 14:14 a las 14:14

        Estás equivocado Berto. La vida de este policía vale más que la de un delincuente.

  3. 10 marzo 2012 19:05 a las 19:05

    Sobre el crimen de un policía

    La credibilidad del accionar de la justicia neuquina es prácticamente inexistente. Este concepto se acentúa manifiestamente cuando el presunto victimario es un funcionario público, pariente o persona de su amistad todo ello en virtud de la fuerte dependencia que ejerce el Poder Ejecutivo y Legislativo sobre el Judicial.
    En el suceso reciente en que en desempeño de su labor, en un control de rutina, el sargento ayudante José Aigo pierde la vida como consecuencia de un homicidio alevoso aparece involucrado Juan Marcos Fernández, hijo del Intendente de San Martín de Los Andes.
    Si bien se ignora cual fue en realidad su participación en el hecho, lo cierto es que conducía la camioneta de su propiedad desde la cual partieron los disparos que dieron muerte al agente del orden.
    Así las cosas aparece apresurada la decisión del Sr. Juez de Instrucción de tener al Sr. Fernández y desde su primera diligencia como un tercero ajeno al hecho criminal, como testigo, desligándolo rápidamente de cualquier imputación en relación al crimen.
    Más aún es inapropiada la resolución del magistrado cuando los fiscales que asistieron al acto no creyeron en los dichos del declarante e incluso expresaron que impulsarían causa penal a su respecto por encubrimiento y falso testimonio.
    En la opinión general se afianza la convicción que si hubiera sido un hombre común el que manejaba la camioneta seguramente estaría rigurosamente encarcelado, pues obviamente las posibilidades de obstruir la acción de la justicia, incluso fugándose para siempre son muchas.
    En otras palabras según mi modesta opinión hasta no avanzar en las investigaciones, no correspondía que la única persona capturada de las tres que viajaban en la camioneta fuera dejada en libertad como si nada hubiera ocurrido.
    Hay indicios que justamente no favorecen la situación de Fernández. La hora en que es interceptado, el lugar, el hallazgo de documentación referida a entradas al país por Venezuela y salida a Colombia de sus acompañantes, la falta de datos de la carga que constituía el objeto del flete, la presencia – según videos -pocas horas antes de los que fugaron en San Martín de Los Andes, etc.
    Esto es si aplicamos, como deben hacerlo los jueces según la ley, las reglas de la lógica, la experiencia y el sentido común, las circunstancias de modo tiempo y lugar no autorizaban la liberación de Fernández hasta lograr certezas que lo desincriminaran y que necesariamente surgirían del resultado de la investigación.
    En casi 45 años de ejercicio de la abogacía y la función judicial confieso que jamás supe que en un hecho de tanta gravedad, se libere en tiempo record a una persona que obviamente por haber estado en el momento y lugar del crimen conoce los antecedentes y datos esenciales para el buen resultado de la pesquisa, sin darle oportunidad de que eventualmente, si era cómplice, pueda acudir a facilitar la fuga de los prófugos, borrar evidencias, hacerlas desaparecer, etc.
    La decisión hace flaquear cualquier pizca de fe en la justicia y de la existencia de igual trato en todos los casos.
    Reitero el Sr. Fernández no es una persona cualquiera, es el hijo del intendente de San Martín de Los Andes y por ello la prudencia y diligencia de jueces y fiscales es reclamada intensamente por el pueblo, por el hombre común y por ello la tarea investigativa de este hecho debe concluir sí o sí en el esclarecimiento de tan aberrante crimen para que quede demostrado sin duda la ausencia de impunidad y que la seguridad jurídica no es una mera utopía formal que sólo beneficia al dueño del poder a sus amigos y parientes.
    Esto no se logrará acudiendo al olvido como suele suceder sino desentrañando a gritos la verdad de lo ocurrido.

    Héctor Luis Manchini
    DNI 7.779.947

    Publicado en http://www.zapalaya.com.ar

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